Vida de un árbol

Para escribir un poco de mi historia y mi contexto, tuve que aprender ciertos modismos, estereotipos, costumbres, ciertas definiciones que usan los hombres para comunicarse.
No recuerdo precisamente el día en que llegué al lugar en donde siempre he permanecido, pero en cuestiones de tiempo, llegue cuando todo lo que conozco era muy diferente a como es ahora. La gente vestía diferente, y a mi alrededor todo era campo libre, con mucha hierba, y lleno de árboles grandes y pequeños como yo.
En ese entonces Don Ernesto, dueño de la hacienda, tenía una hija de 5 años que se llamaba Isabel, muy viva, inquieta. Su madre había muerto cuando ella tenía 2 años, de una pulmonía; cuando se enfermó, al principio no tuvieron cuidado, y después fue difícil llevarla a un doctor. Así que Don Ernesto se encargaba de Isabel, tenían por costumbre recorrer todo el paisaje a caballo.

Era sorprendente, ver como aquel hombre, había cambiado con la llegada de aquella niña, ahora se le veía paciente y amable. Ciertamente se le vio cabizbajo con la muerte de su esposa, pero estoy seguro, que la presencia de su hija, no permitió que siguiera con la tristeza.
Me enternecía cuando paseaban cerca de mí y podía escuchar sus pláticas, la niña al observar el paisaje, le hacía muchas preguntas, – ¿dónde viven las ardillas? ¿ no les da frío? ¿ por qué dices que le duele a los árboles cuando arranco las hojas? y don Ernesto, con una sonrisa iba dando respuesta a las interrogantes. Lo hacía con historias, y con mucho detalle.
En ese entonces yo era ya un árbol joven, mi tronco había engordado un poco, algunas ardillas me habían elegido ya para alimentarlas y ya tenía un par de ramas, que me permitirían ir creciendo como el árbol que tenía enfrente. Siempre lo miraba hacia arriba y me gustaba pensar que al pasar del tiempo sería como él. Lo admiraba mucho, porque era el único árbol grande que yo había conocido.
Un día se acercó Don Ernesto con tres hombres, los cuales traían hachas y otras herramientas, se acercaron y él les dijo: – Miren, de este árbol podremos hacer varias mesas y puertas que necesitamos. Volteó para arriba y tuvo un momento de silencio al admirarlo, como si algo en su interior le hubiese dicho, piénsalo dos veces. Bajó la cabeza y dijo, sí, corten este árbol.
Desde aquel día, vivo con el recuerdo de aquel señorío de mi compañero, fuerte, vigoroso, siempre presente. Él no sólo alimentaba a cantidad de ardillas, sino que además, tenía muchos nidos, en donde varios pájaros habían tenido a sus críos, y desde mi lugar, siempre se les escuchaba. Recorrían todas sus ramas, así como acariciándole, iban y venían, jugaban, se perseguían todo el tiempo. Era el árbol que al final de cuentas, había ofrecido una forma de vida que anhelaba, era como una fiesta siempre presente que admiraba.
Al ausentarse pasaba largos momentos recordándolo. Como no lo iba a extrañar, si desde siempre el estuvo ahí, con su gran tamaño, siempre en primavera podía hacerme una sombra riquísima durante horas. Era así como si me cuidara, atento, presente, a veces hasta sentía que con todas sus fuerzas extendía una de sus ramas, para poder tapar el sol.
En fin, pero el ya no estaba más a mi lado, no perdón, el siempre ha estado presente en mí, porque si tengo claridad de que es ser un árbol grande, cómo quiero ser, él viene a mi mente. Lo recordaba, como un árbol que pudo servirle a Don Ernesto, quizá sus largas ramas, ahora por siempre serían las puertas que cuidan la casa del hacendado, su tronco la cama de la niña Isabel. Con alegría me decía a mí mismo, – Qué padre ser transformado, toda nuestra belleza al final de cuentas, puede ser diferente, otra estética y reconocía como los árboles podemos seguir viviendo, siempre presentes, aún no siendo árboles del todo.
Pasó el tiempo y ya no se le vio más a Don Ernesto. Escuché a los (hacendaditos) que se había ido a luchar a la revolución. Recuerdo que en ese tiempo se le veía a las señoras trabajando la tierra, cargaban a sus hijos en la espalda y murmurando hablaban con sus esposos que se habían ido. Se les veía cansadas, muchas veces caminaban cerca de mí, y escuchaba sus llantos, porque no tenían para darles de comer a sus hijos. Extrañaban a sus esposos y vivían con la esperanza de que regresasen.
La niña Isabel, escuché que la cuidaba su tía en la casa de la hacienda. Para aquél entonces yo creo ya tenía 17 años. Muchas de las muchachas que vivían cerca de la hacienda, se habían ido a esconder ahí, porque llegaban los guerrilleros, destruían las casas y ellas eran un manjar para los maliantes, se las robaban. Creo que había unos túneles cerca del cuarto de Isabel, donde permanecían ahí por días. Una señora se encargaba de llevarles comida por la noche.
Mientras sucedían estas cosas en la hacienda, de pronto un día descubrí para mi sorpresa, que en donde antes estaba el árbol del que había hablado, ahora crecía otro árbol pequeñito, con un tronquito chiquito, en ese invierno por las tardes, yo podía cubrirlo del aire que bajaba de la callada. En realidad esto me trajo mucha alegría, fue rara la sensación de poder tener al cuidado a alguien, algo así como lo había hecho conmigo mi compañero ausente. Observé mi tronco y estaba más fuerte, las raíces habían crecido y en mis ramas, había ya tres nidos, un par de pájaros jugaban y cantaban.
También me asombré, porque conocí un río que bajaba del cerro y con el cual se regaban las tierras de la hacienda, aun estando cerca nunca lo había visto. El agua chocaba con las grandes rocas, podía pasar horas observando el movimiento del agua, en las noches podía escuchar el choque del agua mejor. Vi también que ahí acudían las señoras a lavar su ropa, y sus hijos se metían a darse un baño.
Y me alegré, descubrí más mundo detrás de lo que por algunos años había conocido en mi amigo. Al no estar el presente, pude asombrarme de que detrás de su sombra, había un enorme espacio por recorrer. Es más, un día volteé hacia el cielo, y me maravillé de las estrellas y la luna, habían permanecido para mí escondidas, por que las ramas de mi compañero, no me permitían verlas.
Don Ernesto nunca regresó, decían los señores que lo fusilaron. Sus tierras fueron repartidas entre los trabajadores. Ahora la niña Isabel, paseaba por el campo, pero de la mano de un hombre amable. También a ellos los escuché, planeaban su vida juntos, y muchas veces me tocó ser testigo de su amor. Isabel se recargaba en mi tronco y Carlos la cubría con sus brazos y la besaba. Debajo de mi sombra, solían pasar las horas charlando, y jugando con las hojas que había dejado yo en el suelo.
Un día, pasaron cerca de mí charlando, era una mañana de primavera, y corriendo se detuvieron en el río. Carlos le ayudó a Isabel a quitarse el calzado y duraron un par de horas con los pies en el agua. Cuando volví a observarlos, los dos se salpicaban y terminaron completamente sambullidos en el agua. Después ya no voltié, seguramente siguieron jugando.
Ha pasado ya más tiempo. No recuerdo tanto, porque medirlo me resulta imposible. He descubierto que la manera de vivir de un árbol, es estando presente, presente. Aún a pesar de que hoy me encuentre hablando de recuerdos, nos es imposible no estar en el presente. Ahora la novedad es que me he permitido no sólo ser acariciado por el aire, sino que he permitido que mis ramas al ser acariciadas por él, bailen al son de su música. He podido escuchar el viento, he podido diferenciar los sonidos que el viento realiza en mí. Según la parte que acaricie de todo lo que soy, puede generarse un tono específico. A veces paso así los días, atento, descubriendo las nuevas melodías que él hace en mí.
He descubierto que no sólo el río era algo desconocido, sino que más allá, existe una enorme cantidad de agua, que los hombres llaman lago. Ahí el cielo, el sol y la luna hacen sus mejores pinturas, y dejan grabadas sus figuras. Los hombres en lanchas lo recorren, y permanecen ahí durante horas, a veces charlando, otras atentos al movimiento de las redes. Del otro lado, he descubierto la casa de Isabel, un tanto descuidada, a ella la he visto con el pelo blanco y cansada, con dificultad para caminar y con alegría y a pesar mío he visto con asombro la puerta en el suelo, toda deshecha. Dije para mis adentros – compañero, cuanto has servido. Descubrí algo que nunca había palpado….tenemos fin los árboles.
El tamaño que he alcanzado sé que es mayor al de mi compañero. Mi tronco y mis raíces se han ensanchado de una forma sorprendente. Doy sombra a muchos árboles, los cubro con mis ramas. En mí habita un sin número de pájaros. Y las ardillas me recorren vivazmente. Ahora el espacio que puedo observar es lo que los hombres llaman un campo de golf. Se han cortado muchos árboles de mi alrededor, se ha limpiado la hierba, y el campo verde parece una alfombra. El río que me ha acompañado, lleva muy poco agua, apenas se escucha cuando choca con las ramas. El lago ha disminuido su tamaña, ahora el sol y la luna es difícil que penetren en él.
La casa de Don Ernesto, llena de vida y llena de trabajo, como la recuerdo, hoy es un elegante club, en donde las personas se reúnen para hacer ejercicio. Todas las mañanas muchos hombres riegan el campo mucho rato. Más tarde llegan los jugadores; recorren el campo pegándole a una pelota. Ya en varias ocasiones he sido testigo de esos golpes que le dan a la pelota, tengo varias cicatrices en el tronco. Van charlando caminando, lo hacen en pequeños equipos, y algunas personas traen un carrito cargan el equipo.
Son muchos los cambios que como árbol he vivido, son muchas las historias que he escuchado. El paisaje ha cambiado, algunos compañeros mayores y otros menores se han ido, he sido anfitrión de centenares de nacimientos de pájaros y ardillas. Diversidad de tonos y canciones he escuchado del viento y sobre todo he vivido, he observado y he sentido el movimiento del sol, la luna y las estrellas…..seguramente me tocará ser testigo de muchas cosas más…..

¿ Qué es tener la agenda llena?

¿Cómo será la vida de un intelectual famoso, que tiene llena su agenda?
¿De un super conocedor que puede comprender diferentes situaciones y problemáticas, que tiene credibilidad, autoridad frente a los grandes? Que tiene la posibilidad de estar en diferentes contextos.
¿Crees que después de un constante trabajo en un cierto lugar…… llegue a cansarse y desesperarse de la actitud que prevalece en las personas que le rodean?
Creo que al final de cuentas se puede optar por 2 situaciones:
– Vivir dialogando con la realidad (paciencia, apertura)
– o juzgarla convirtiéndose en un dogmático (neurosis, puro pensamiento)
¿Cómo es que integra el pensamiento con la experiencia?

….. no logro entender, por que ese conocer….. en ocasiones lo tiene cada vez más alejado de las personas, en ocasiones tiende a encerrarse en el deber, en la responsabilidad y deja de lado los pequeños detalles, las sorpresas, los diálogos pequeños.
En fin, por más que uno sea muy fregón, de alguna pata se puede cogear.

Conclusión: quiero saber que es eso de tener la agenda llena, para después contarles….

Término de las fiestas de navidad

La sociedad nos presenta una serie de principios y tradiciones, costumbres y modismos que muchas veces se aceptan sin pasar por una reflexión en base al sentido común que muy dentro llevamos.

Creo que este sentido común, más allá de grandes estudios y grandes autoengaños por hacer caso al exterior, a las múltiples opiniones, puede ser super enriquecedor escucharlo.

Pero tanto ruido que se genera, tanta rutina que fastidia, dejan de lado esa intuición tan peculiar que nos invita a vivir de forma más sencilla.

Tanta estructura y líneas que seguir, que nos invaden por todos lados, tantas costumbres que Doña Juanita o Don Ernesto nos señalan en base al deber, que llega a fastidiar y a confundir.

Para comprar el regalo de navidad del ahijado, sólo traía $100 pesos en la bolsa. Y, entonces tenía que ingeniármelas. Pero que brutal es caer en los esquemas del consumo y angustiarse por que un regalo tiene que tener cierto valor monetario!!!. Fui a una tienda de deportes, y escogí unos aros, que me trajeron buenos recuerdos de infancia, y de juegos de mucho movimiento. El sentido común me dijo esto. Bueno, bonito y barato. Pero es molesto, que yo misma haya desvalorado el regalo por $$$$. ¿ Tenía que haber sido un super mono con miles de poderes y botones? Cuando los niños con una piedra, una pelota, un charco de agua se divierten? Bendito consumismo que les estamos enseñando.

Somos postmodernos, vivimos en el 2011, habrá que parar las antenas…………….en fin.

Navidad deconstruída

Una de las palabras más choteadas de nuestro calendario, una de las épocas más coptadas por el ideal consumista, una de las muestras más elocuentes de extirpación de sentido para la transgresión del valor. Una de las épocas más desprovistas de su origen o peor, malversadas. Hay que deconstruir. Uno de los términos que mejor indican lo caduco de un mundo repetitivo de ideales en el que todos seguimos más o menos de acuerdo a la vez que muchos inconformes. Más o menos inconformes. Este año a la navidad le han puesto «magia» sea como prefijo, adjetivo, o a veces subrayado. Se ve en los anuncios panorámicos, se ve en los comerciales de televisión. Influencia fílmica de historias afines? Si los filmes venden magia por qué no va a vender magia la televisión o la misma navidad? Me suena así, a magia.

 

Repetitivo de mercadotecnia con nieve, que en pocos lugares cae en México, repetitivo de imagenes kitsch por sus santacloses en sus templos comerciales iluminados con mil foquitos y plagados de precios, esferas e invitaciones ligeras de felicidad donde las multitudes acuden/acudimos; y sus pastorcillos de ornato en los templos religiosos donde mayorías silenciosas, muchas preocupadas por el mejor vestir del año o el platillo a presumir, se reúnen (no por ello dejan de ser los hijos de Dios, pero Dios anda queriendo jugar otro juego, a la vez más divertido y más serio) apresuradamente para completar la escala de rituales a los que estamos acostumbrados, mismos que pasan por los regalos, las posadas, las bebidas y la cena, y, que culminan en un sillón de alguna casa propia o de un tío contemplando la luz artificosa de un árbol que quién sabe de qué cultura procedió, y si lo sabe no interesa. De madrugada.

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No interesa de donde provino, en teoría todos lo saben, pero ha perdido su originalidad, y con ella su sentido. Mantiene si acaso un sentido social, que no llega muy lejos. Al final de los días de fiesta de esta época de diciembre y el «año nuevo» así como se retiran las escarchas, esferas y los árboles naturales se arrojan a la basura junto con las envolturas de regalos que hoy tienen precio en dinero y con la comida sobrante en muchos casos; así se retira también la escarcha de ilusiones, mensajes, deseos.

 

En cuántos casos sucede así? No en todos. Hay quien encuentra el sentido en lo familiar, en la reunión, en eso que se engloba con la palabra «amor, felicidad». No la niego, pero habría que cuestionarla un poco también, cuestionar porque no se derrama en términos más reales y menos ficticios durante los 365 días del año. Como cuestionar cómo es posible que nos hayamos concentrado al micromundo, bajo esa tendencia posmoderna de lo «por lo menos», «por lo menos en mi casa», «por lo menos en mi familia», «por lo menos hoy». Bajo esa tendencia posmoderna por lo menos en Navidad las guerras se suspenden.

 

Pero en ciertos casos sí se derrama eso llamado amor, llámenle como le llamen o mejor inventemos un nuevo nombre, pues es otra palabra tan choteada, con la cual ya se desprendieron más de tres prejuicios en cada lector… Si es que el amor se derrama no le es imprescindible la navidad, tampoco el consumo, tampoco promueve la conversión de bienes en basura, ni daña el medioambiente. En qué rincones se enaltece la navidad real?, la menos cursi y más efectiva, la que no necesita nombrarse, la que no puede ser domada por marcas de referescos, ropa o compañías de telefonía celular? Por ahí, por ahí seguramente. Hay que deconstruir.


Dios ha de nacer en muchos lados, en la persona de Jesús y en la persona de muchos otros nombres. Eso, desde la fe, para alguien católico, es cierto. Lamentablemente no se le ha de ver mucho entre tanto que se le cuelga a la navidad. No es que no esté, es que hay que desaparecer lo que hemos ficcionado tanto por tanto tiempo, antes con pura religión, ahora además con lo comercial y mercadológico. Creo que Dios ni siquiera es pretencioso al querer avisar que él es Dios, no. Le basta con que seamos más humanos, más personas, más nosotros mismos, más, como se dice en el lenguaje religioso, próximos. No es como nosotros, no le interesa avisar que a él le debemos tal o cual cosa, no pone etiqueta en sus regalos, sus regalos no son como los nuestros. No reclama lo que no hicimos en el año. Su tarjeta de presentación no es como una de las nuestras. No le han de agradar las imagenes coloridas y ficticias que hacemos de él o de los famosos reyes magos. Pero no lo ha de reprochar, se ha de reír.

 

Dios se ha de reír en navidad, viendo cómo nos comportamos, pero se ha de reír con paciencia y ha de buscar esos huequitos donde nosotros podemos verle y hacer presente eso que se llama navidad. En un estilo casi desconocido, inesperado, minoritario. Pasa de largo la parafernalia que hemos creado, incluso la entiende.

 

Es muy difícil sembrar otro estilo de navidad cuando un peso iconoclástico prima encima de nosotros. Tan difícil como generar otro estilo de concebir a Dios, como de modificar nuestro modus consumus y nuestro modus relacionatis. Si alguien cree que vale la pena cambiar algo de nuestro modus por qué no hacerlo. Hay que deconstruir.

 

Abogo por una navidad que no sea monopolio de templos. Que no provenga exclusivamente del discurso de un cura, que -es un hecho- en la gran mayoría de los casos (no en todos) es como el discurso de un político, o simplemente como un discurso digamos, es decir, que nadie quiere oír, porque nadie quiere oír discrusos, ni siquiera los que los oyen. Mejor, por una navidad de acciones.

Una navidad que no sea sólo para cristianos, pues el que nace es un tal Jesús. Una navidad que no admita una lectura única. Una navidad que nos lleve a pensar y repensar, que siga resonando en luces e inspiraciones durante el resto del año, bajo otras formas, bajo otros nombres. Una navidad que nos haga actuar, en especial frente a lo más claro de la imagen de la navidad, qué se le asemeja a la navidad, una criatura naciente, nueva, indefensa, vulnerable en un pobre lugar, pero no dando por dar, no promoviendo lástimas, no haciendo «caridad» al estilo teletón o al estilo limosna de semáforo, sino haciendo para transformar.

Abogo por una navidad en la que el cristiano (o católico o como sea), el que no lo sea, y el que se confunde al definirse o negarse como tal, pueda descubrir a Dios de un nuevo modo desde su propio estilo, y que Dios haga el resto de ver cómo teje nuestras concepciones de deidad.

Por una navidad en la que se puedan romper inercias relacionales en clave de bajarle al poco inteligente manejo de nuestras diferencias, a nuestra intolerancia y nuestras violencias. Si no podemos solucionar las del narco solucionemos nuestras discretas. Por una navidad en la que seamos más conscientes de la familia que formamos todos. Por una navidad que promueva algo distintivamente mejor, dejando aflorar desde lo interno nuestros más auténticos valores para proyectarlos a nuestro alrededor, desprendidamente de disquevalores fundados en plataformas pseudomorales, apartados de fórmulas de religiosidad estéril o anquilosada, distanciados de sermones, de novedades esotéricas y mezclas espirituales con sabor de chicle, intenso y listo a desaparecer en segundos. Apegados a la vida y a lo que sienta el corazón -que todos tenemos uno- reinventando la religión como relación, para quien así lo considere, pero no limitando a ella ni excluyendo a quien no se entienda desde ahí.

 

Con fe o sin fe, como se quiera entender, pero que la navidad sirva de buen pretexto que abone para expresar lo que más nos revela completos, no sé si felices, pues felicidad es otra palabrita choteada, más que cualquier canción de la radio. Completos y con sentido, pensantes y sintientes, abiertos y sensibles, con la única magia de hacernos humanos hermanos ya tenemos de sobra.

 

pre navidad

En relación a los festejos previos de navidad…..lo siguiente.
Es curioso como uno va relacionando una festividad religiosa con poner adornitos en casa, con cierta comida, con ciertas reuniones que poco a poco van a uno ….
Lo curioso es que mi madre en todo el año no va a la iglesia, pero el día en que vendrán sus amigos, para una reunión navideña, se pone arreglar la casa todo el día, y nos pide ayuda.
Hoy me preguntaba… ¿Por qué durante toda mi vida en mi casa, se ha puesto de una misma forma el nacimiento, los mismos arreglos, en el mismo lugar? y me respondí, luego luego, al estar frente a Lupita, que levantando el dedo dijo, primero va el musgo, luego el enno. Uno lo va haciendo así, simplemente por no meterse en problemas y darle gusto.
En la reunión de hoy de la corona de adviento, fue curioso observar como después de más de 20 años han cambiado las generaciones. Fue curioso observar a los niños, voltiaban a ver a los señores con sueño y aburridos y los abuelos, encantados uno a la guitarra el otro al acordeón, entonaban canciones navideñas.
Que horror después de estos años, seguir con lo mismo, todo de la misma forma, lo más absurdo es que haya asistido el día de hoy.

Pero bueno, fue bueno observar, como el cambio de época, de paradigmas, está latente.
Quien sabe como se vaya a festejar la navidad en 20 años.

de Pachuca a Querétaro

era puente! que ocurrencia llegar a última hora a comprar el boleto de Pachuca a Querétaro. Había lugar hasta 5 horas después. Compré un boleto, ese es el chiste, y con ese pasé al lugar de abordar. Sonriéndole a la señorita que pide el boleto y al chofer, les dije que si quedaba un lugar……me dejaran pasar. El chofer muy amable, dijo: señorita solo que quiera sentarse en este escalón, pero no creo que quiera, y si quiere, no creo que aguante. Yo pa pronto dije que sí.
Dos horas y media sentada en el piso, pero enfrente de mí, estaba el paisaje del camino, la carretera, a mi izquierda el chofer, el volante y un sin número de botones. Mucho rato, el chofer me fue explicando de su trabajo, los lugares que ha conocido, las carreteras, las trampitas que hace en su trabajo cuando se le ofrece ayudarle a la gente, como en esta ocasión a mi. Frente a tanto botón, pregunté interesada, y este para que es, y así fue explicándome de uno por uno, se veía contento de que me interesara en su trabajo. Fue bueno algo de novedad!

revolución en la posmodernidad?

Y qué haremos de revolución? Estamos haciendo algo? Cómo saber su impacto? Es preciso hacer algo? eso sí. Revolución es una noción moderna, hay un equivalente para la posmodernidad? Sí, siempre que indique Cambio para los nuevos contextos, ahora plurales, diversos, más complejos, menos lineales, más circunstanciales, dejando más campo a la invención que a la razón, a la imaginación que a las teorías.

Sí sí, seguimos en eso del bicentenario y hoy 20 de noviembre de 2010 con el Centenario de la Revolución Mexicana.

Cabe hacer revolución en un mundo donde se ha desplazado el acento del ser y tener hacia el aparentar, en la sociedad de marketing? La apariencia dirige la vida de las personas. No importa ni el ser ni el tener, sino aparecer, lucirse, detrás quede un vacío existencial y una posesión ilusoria de los bienes. Hay nuevas expresiones y nuevos ritos que ni nosotros podemos entender pero que no es necesario entenderlos al modo clásico analítico, entonces de qué modo? Interesa hacer revolución? De qué modo en la postmodernidad?

La post-modernidad cuestiona y mina los dogmas científicos y filosóficos que prevalecieron en la modernidad, urgiendo alternativas. En el nivel lógico-científico inauguramos hace tiempo una razón plural y un pensamiento complejo, que no lineal; se adviene la estilización constructivista, relativista, ecléctica bajo la cual sólo nos podemos aproximar a la verdad si es que existe una. La multitransdisciplinariedad se pone en uso cotidiano. Desaparecen los grandes relatos, dan cabida a los pequeños relatos . En el campo ético urge la construcción de una ética global pero en la posmodernidad no es pertinente hablar de construcción o sí? En el mundo social surge la pluriformidad de las formas de familia; la fragmentación, se pone atención hacia las periferias; la heterogeneidad y la pluralidad de las diferencias es el pan de cada día, se evidencia que somos más agentes, basados en subjetividades; Cabe una reconstrucción de utopías plurales?
En la nueva configuración subjetiva del individuo el el sentimiento y la emoción fundan su autocomprensión en nuestras relaciones. Somos ¡yo! Yo del placer, de la experiencia y la emoción. Seguimos buscando fuentes de gozo.
Valoramos encuentros comunitarios, sean de retro o de grupos nuevos, de pocas personas, y grandes acontecimientos, Decimos NO a una vida  rutinaria. La rutina mina la emoción, la satisfacción interna y tal vez el placer, y estos son los combustibles de las nuevas formas relacionales. Las opciones en grupos de trabajo se orientan hacia relaciones interpersonales y horizontales, más «familiares», democráticas, de tolerancia, abiertas y entre amigos.
Se mezclan las conquistas donde abunda el ansia de obtener la “felicidad de bolsillo”. No se soporta cualquier sufrimiento, procurando minimizarlo o suprimirlo. Se quiere crear una sociedad sin dolor, sin sufrimiento, nadando en la felicidad de los medicamentos y de los consuelos sin embargo en esta sociedad todos los males han aumentado! Si  la relación entre ricos y pobres era de 3 a 1 en 1910 ahora es de 110 a 1. Por cada peso que el pobre tiene, el rico tiene más de cien veces. Mientras nos adormecemos en un estado anímico pacificado, en buen astral y con pensamiento positivo pregonado por muchos o un optimismo medio apestoso.
Poner al individuo en el centro y el acento sobre las elecciones sin criterios absolutos, la flexibilidad, lo momentáneo, lo carpe diem tiene un campo de riesgo del que somos presa, sin embargo también apunta a una realidad más real . El individualismo moderno y post-moderno “se caracteriza por la emergencia del valor individual en el centro del sistema social: del sistema simbólico y del sistema de organización de la sociedad”, por tanto, dónde caben revoluciones? no hay mucho esfuerzo colectivo, pues hemos constatado las mentiras y mitos, las frustraciones históricas…
La nueva afición por la usanza mediática, la informática y la velocidad electrónica no evita el sufrimiento de una timidez de consistencia, vulnerabilidad psíquica con dificultad para asumir la frustración, la angustia, el tiempo de espera y tomar una postura en la macropolítica. Se prefieren las pequeñas transformaciones a corto plazo de proyectos menores.

 

El universo de expresiones conlleva un sincretismo, por la libertad, la pluralidad, el subjetivismo y la autonomía de las formas, sin o con una mínima vinculación institucional o con las autoridades. Es fundamental una concepción post-tradicional de Dios, pasando del “hard” de la fe al “soft” de la espiritualidad donde sin duda también está dios pero tal vez como una concepción guajira, no por ello invalida, tal vez los ancestros tenían razón al hablar de varios dioses.

 

Espacios y estilos de vida son definidos por centros comerciales, nuestra vida se ha hecho errante, más cercana al viaje y rechazante de  fundamentalismos, con una amplia oferta de discursos no racionales y prácticas, que alcanzan lo sagrado, pero también pueden caer en lo inútil.

Se busca una respuesta de forma mágica por medio de una lectura aleatoria y subjetiva de la escritura de la vida, sin mcuho tiempo para encontrarla porque hay que seguir trabajando en renglones modernos donde hay reglas heredadas, ideas heredadas y presiones sociales heredadas, aniversarios heredados como este de la revolución mexicana de 1910.

La post-modernidad se hace presente en el campo económico en el momento de la caída del socialismo y de la crisis del neoliberalismo que de liberación no tiene nada. Tenemos la conciencia del límite del crecimiento y del progreso en este mundo de «la globalización» y sabemos más que nunca del daño al medio ambiente y al planeta, que le hemos jodido más en los últimos 30 o 40 años que en toda la historia del planeta! Se pone de manifiesto el fracaso de la democracia formal y de los Estados nacionales, se organizan  programas como del Forum Social Mundial “Otro mundo es posible” desde lo Alternativo, que corre como pez veloz en el mar de la globalización con la pluralidad de proyectos colectivos articulados de una forma no jerárquica, su mentalidad ecológica y el reclamo por respetarnos como humanos (Derechos humanos).
La post-modernidad mezcla grandes valores que no desaparecieron con contradicciones de apatía y desinterés. Aumenta la posibilidad de elegir y aumenta la incertidumbre de asideros, pautas y orientaciones, todas ellas felxibles y pasajeras, con poca solidez vivimos en un mundo de lodazal más que de construcción firme. La complejidad de las cosas, cuya comprensión resulta difícil, paraliza acciones sociales trazadas en la modernidad bajo el ideal de progreso.

Junto a una realidad violenta, injusta, agresiva, se leen documentos idealistas, de diversión y ocio, casi vacíos en una belleza irreal. La conciencia social y política declina, declina, declina.
Es de constatar, por tanto, un pérdida de fuerza en el compromiso, un congelamiento del discurso liberador, una retirada de las fuerzas utópicas insertas en los mass media que todo lo opacan? Hay que buscar en los rincones, hay que generar en los rincones, hay que salvaguardar las semillas de cambio para ver qué se puede transformar, al menos en lo simbólico.

La conciencia del agotamiento de la modernidad «occidental», en este sentido es valiosa. Así como se intenta pensar la economía más allá del capitalismo y del socialismo, la política más allá de la democracia representativa, la cultura más allá de la racionalidad instrumental y cientista, así análogamente nos es un desafío imaginar un nuevo paradigma para la vivencia revolucionaria en clave de recuperación de la función social de los que estamos vivos. Es muy valioso pasar de la centralización a la multiplicidad de los espacios de todos.
En términos habermasianos, está en juego la perspectiva de otra racionalidad más amplia en la que se supere la primacía del conocimiento racional instrumental o científico.

Aún puede existir motivación, energía interior, otro modo de fuerza utópica y las mediaciones concretas, históricas, prácticas permanecen para circular dentro del horizonte de lo factible;

Es necesario cultivar la experiencia de vida en profundidad, en cautela y vivir una búsqueda desde la interioridad del misterio en la realidad que nos rodea. Sólo así hallaremos respuestas nuevas en nuestro contexto nuevo. Que en mucho se parece al anterior jajaja, porque a fin de cuentas se parece a la vida. Entonces post-modernidad es una figura más con algunos énfasis. Entonces revolución es un atributo más con ciertos rasgos, que se le podrá llamar como se le llame, pero… a fin de cuentas habrá que ver qué haremos de revolución…

escribe en escrituras…anda

    Y si, en la escritura se refleja el ser, el consiente y aun más el inconsiente, en la letras plasmamos eso que somos sin  ocultarlo a nosotros mismo ni a los demás, podemos escribir por ejemplo una carta de amor donde entregamos el alma al ser destinatario de nuestra inspiración. Los mejores tiempos que he tenido para escribir son aquellos en los que dejo de pensar en mi, y me olvido de quién soy y a donde voy y lo que me ha importado es transmitir todo lo que revolotea a mi alrededor.

Alguna vez escribí, por ejemplo sobre el maravilloso acontecimiento de encontrarme con su rostro bello, y adornaba de palabras hermosas a sus oídos el pliego de papel que sirvió como medio transmisor.

En otra ocasión trate de soltar el enojo, apaciguando el sentimiento visceral que en ese momento me sacudía, y nuevamente fue el papel la suave almohada que soporto mues fuertes golpes de la pluma que transformaron ese sentimiento absurdo en suaves palabras que pedían a gritos su atención.

Así mil historias se han escrito y han dejado huella a través de los años.

Esta misma noche pienso en escribir, escribir porque sí, por ti, por él, por ella, porque al escribir trasciende el ser en el Ser.

En la alberca

 

Tengo por compañero de natación un señor que pasa de los setenta.  Su cabeza totalmente blanca, tiene un problema en la rodilla. Con una bata azul, llega caminando lentamente, platica con la maestra,  y con toda paciencia se prepara para entrar al agua. Da un par de vueltas a la alberca, siempre nada en el mismo lugar, y nos pone el ejemplo con la constancia. No deja que la maestra le indique que hacer. El tiene su estilo propio: dos brazadas de crol, y después boca arriba da otras dos. Total que todo el rato va girando al nadar.

Después de varios años de dar vueltas a la alberca juntos, hasta hoy entablamos un diálogo.  Me dijo:

– «La natación es para mí divertirme, disfrutar, es una expresión del cuerpo, no golpeo el agua, la acaricio. Ya no puedo bailar por mi problema de la cadera,  ya no trabajo en el teatro…. ahora nado».

-«La ancianidad es el peor enemigo del hombre, uno tiene que volver a pensarse, reestruturar la identidad,  las cosas por las que era reconocido, cosas que me gustaban hacer….. de pronto …… las capacidades no son las mismas….».

Y al final añadió: «bueno eso sí, uno es más inteligente,  ya no soy tan inocente como lo era de joven».

Y después…. seguimos dando vueltas a la alberca….

del festejo del bicentenario de la Independencia de México y de la Revolución

banderas que adornan, enaltecen o cuestionan los festejos por la independencia y de la revolución

estampas cotidianas del México del siglo XXI que nos instan a reconocer nuestra realidad, multiplicidad de realidades, donde con una misma bandera se completan diversas imágenes del México contemporáneo.

Cada quien tiene un pedazo de México, qué es lo importante al fin?, más allá de festejar los logros? asumir los retos? completar los propósitos?

Gracias a la relación con gente de otros países, de otras culturas, he descubierto como en un espejo, cómo en nuestro país hay un sentimiento fuerte de identidad que destaca a nivel mundial. Hay países donde la gente puede llegara s sentir indiferencia de su pertenencia, e incluso verguenza, me lo han dicho.

Qué extraña combinación en nuestro caso verde, blanco y rojo simulan orgullo, contrastes del conglomerado humano, no sólo más grande del mundo sino con la brecha más amplia entre ricos y pobres… simulan deseos,pasiones, diversidad y color, mucho color. México es un país de color. Del color de la piel del que trabaja y del color de la piel de asfalto, cristal y finura lounge de la modernidad. Es un país entre vacíos y completudes.

México es el lugar donde habitan los dioses. Y los dioses deben estar lococs, pero al fin, es el ombligo de la luna, no podría ser diferente.

México es un país con pendientes, con agenda difícil, social, política, económica y culturalmente.

Se suspira cuando uno piensa en México.

Aquí México en imagenes, con aplomo de bicentenariedad, no la comercial, no la televisiva, sino la de un mexicano más, en su cacho de México, así como se capta en la vida diaria.